Formación en la Fe Católica & Apologética
Menú General
Fiel al Magisterio Ordinario Universal de la Iglesia
OTRO PUNTO DE VISTA, BAJO UNA OPTICA LAICA
Para quien convive en el mundo seglar y de los negocios existe una manera de interpretar la realidad muy diferente de aquella del ámbito religioso.
En una esfera más erudita escuelas de filosofía se han dedicado a la cuestión del “yo y el otro”, pero es al nivel de la calle que se escenifica ese enfrentamiento milenario.
¿Y quién es el otro? En una actitud esencialmente del tipo sectario, es el que no pertenece al grupo, generalmente por estar en un rango distinto (o por lo menos estar siendo visto como tal). Puede ser percibido como el foráneo, el contrincante, el opositor, el competidor y a veces, hasta como el enemigo. Es el papel que le es imputado a uno por sus propios colegas cuando es ascendido a jefe del grupo, por mejor compañero y amigo que haya sido. Si fue bueno hasta se le podría seguir queriendo bien, pero ahora ya es “el otro”, no es más parte de “nosotros”.
El “otro” son los mandos para los subalternos, los patrones para los empleados, los empresarios para los sindicatos y… los clérigos para los laicos. (Quizá eso explique el éxito y efectividad de los programas de catequesis de la Acción Católica, llevados a cabo exclusivamente por laicos bien preparados y no por clérigos).
Quienes estén familiarizados con técnicas y estrategias de negociación seguramente conocerán las relaciones de tipos gana-gana y gana-pierde.
Según esas técnicas se recomienda situarse siempre próximo a la otra parte y no al otro lado de la mesa, para no ser visto como oponente sino como cooperador. A ese tipo de interrelación se le llama gana-gana.
Siempre que posible se evita el frente a frente con una mesa interpuesta para evitar el riesgo de caerse en el gana-pierde con los negociadores convertidos en contrincantes enfrentados y recíprocamente desconfiados de las motivaciones e intereses del otro.
Eso no lo digo yo. Se enseña en las mejores Facultades de Administración y Management del mundo.
¿Qué tienen que ver todo eso, el yo y el otro con la Misa?
Subjetivamente, mucha cosa.
Coram Deo vs. Coram Populo
Me arriesgo a hacer una comparación un tanto peligrosa si mal comprendida, entre dos formas de celebración de la Misa. Antes que nada quiero aquí dejar claro que no existe comparación en la calidad o supremacía de una sobre otra, sino que simplemente se trata de relacionar lo que provocan la forma por que se celebra el Rito Romano -si según la Forma Ordinaria o la Forma Extraordinaria- en el laicado acorde con su percepción del “yo y el otro”.
FORMA ORDINARIA (Novus Ordo) _ El sacerdote pasa la totalidad de la Misa cara a cara con la asamblea (Coram Populo), orientados en direcciones opuestas. Entre el sacerdote y la asamblea (tristemente, en algunos casos convertida en platea) se interpone el altar de sacrificio.
Guste o no, es innegable la existencia de un símil entre la interrelación del tipo gana-pierde y la situación en que se queda el sacerdote (el “otro”). Está claro que en este caso no se está en una negociación, pero la percepción inconsciente de la interrelación entre las dos partes, de un modo subjetivo, es la misma.
FORMA EXTRAORDINARIA _ Durante prácticamente toda la Misa el sacerdote se encuentra orientado en la misma dirección que la asamblea, hacia el altar (Coram Deo). No hay nada interpuesto entre el celebrante y la asamblea. Su protagonismo es mínimo, así como también son mínimas las ocasiones y tentaciones para abusos litúrgicos. El sacerdote forma unidad -Coram Deo- con la asamblea, y como no hay dos partes él se encuentra en una posición de interrelación del tipo gana-gana (nosotros).
Para los que suelen ver al sacerdote en una relación como si enfrentado, contrapuesto a la asamblea, y apartado de ella por el altar, ese problema no tiene cabida en la Forma Extraordinaria.